Sr presidente de la república, distinguidos ministros, autoridades, amigos de todo el sector turístico, amigos de la prensa. Quiero darles la más calurosa bienvenida para que juntos diseñemos el futuro del turismo.
Hoy estamos en el ansiado presente por el que luchamos en estos casi 3 arduos años. Hoy el turismo uruguayo se está reactivando y vuelve al camino para reconquistar el protagonismo en la generación de divisas y empleos para el país.
Repensar el turismo es el lema elegido por la Organización Mundial del Turismo para este año 2022, que nos confronta con un objetivo: el futuro. Un futuro que se percibe incierto, donde la recuperación total del sector aun es esquiva. Y por eso mi invitación, no hay forma de asegurar el presente de los próximos años que no sea creándolo. Y no hay otra forma de hacerlo que no sea juntos.
La OMT nos invita a pensar en 9 ejes temáticos para materializar ese futuro que queremos:
Las personas, en el turismo son nuestra invalorable materia prima. El talento la creatividad y el compromiso de cada uno de los actores, es clave para la prestación del servicio. El trabajo de cada uno, en cada lugar y cada rol representa una parte fundamental del todo. Debemos contribuir para recuperar los empleos perdidos en la pandemia, asegurar la calidad de estos y continuar profesionalizándonos, como parte de una cadena de valor que genera crecimiento económico y social.
Y por eso la educación, se torna clave en ese futuro que queremos porque es parte fundamental del desarrollo de las personas. Y por ende se torna clave también para el desarrollo de los productos y los destinos turísticos. Debemos trabajar para fortalecer la educación en turismo tanto técnica como universitaria. Porque no tendremos oportunidades de crecimiento, si no garantizamos la calidad en la operación de los servicios turísticos de todo el país.
El turismo genera crecimiento, es una herramienta eficaz para desarrollar oportunidades en territorios no tradicionales, lo se por experiencia propia. Pero ello también nos desafía a planificar ese crecimiento, a pensar global, pero con énfasis en lo local. Priorizando nuestro ser nacional, quienes somos y sin perder autenticidad.
Vivimos en un mundo donde la solidaridad se ha resignificado como un valor fundamental, pero desde una óptica nueva en forma de igualdad. Donde el turismo con propósito toma protagonismo y las formas de viajar y disfrutar tienen un nuevo sentido. Por ello, los entornos colaborativos han ganado espacio y tenemos el enorme desafío de dirigir estos impulsos hacia la formalidad y la igualdad de oportunidades, en un entorno de legalidad.
El futuro del turismo que queremos es diverso, donde cada uno puede vivir el turismo a su manera. Y donde cada uno tiene la libertad de disfrutar de su tiempo libre, a su propio ritmo, con productos orientados a sus necesidades y que contemplen con empatía todas las individualidades.
Trabajando activamente por el respeto hacia las personas, sean turistas o anfitriones, las comunidades locales, sus costumbres y saberes. El turismo posibilita el aprendizaje y la cultura dentro de un entorno de esparcimiento. La autenticidad en ellos es un valor que nos posiciona frente al mundo como únicos. Nos inspira a conocer y respetar lo nuestro y lo diferente.
El turismo es un instrumento para la paz, la comprensión, el conocimiento y la tolerancia entre las naciones. Promueve oportunidades de desarrollo local genuino e igualdad, a la vez que impulsa el respeto por los derechos y las libertades individuales.
Nuestro planeta ofrece el más increíble crisol de cultura y ecosistemas, y el disfrute de los valores naturales es hoy uno de los mayores recursos turísticos. Pero este recurso nos interpela y compromete en las acciones hacia un futuro donde nadie puede ser ajeno a su cuidado. Nuestro planeta necesita que nos comprometamos enérgicamente en acciones que mitiguen el impacto de nuestra industria.
Encontrar soluciones a través de la innovación y la tecnología, creo que son la clave para un futuro más sostenible. Pero la tecnología como herramienta al servicio de las personas, y no al revés. Me atrevería a decir al servicio del cliente, porque es él, el centro de la experiencia turística y la tecnología un aliado para el disfrute.
Pero para llegar a este futuro que anhelamos tenemos muchos retos, aún.
Hoy la industria aeronáutica, tiene dos desafíos importantes infraestructura y conectividad. En primer lugar, no puede haber industria aeronáutica sin la infraestructura adecuada, sin aeropuertos que tengan niveles de seguridad operacional que den garantías a los operadores y a los pasajeros. Estándares de servicio que reflejen realmente la calidad y calidez de Uruguay. La conectividad tiene que ser una política de Estado también. El trabajo público-privado en este punto es fundamental para lograr un impacto real y sostenible, generando estímulos para atraer y retener aerolíneas, sumar rutas, frecuencias, operadores.
Esto afecta a toda la cadena de valor lógicamente, pero sobre todo a las agencias de viajes tanto receptivas como emisivas que aún no logran reestablecer por completo sus operaciones.
Si bien la demanda se va recomponiendo de a poco, las tarifas de los servicios turísticos aun están en niveles inferiores a lo esperado y su recuperación se hace lenta frente a la coyuntura regional. Comprometiendo la rentabilidad de las empresas y el dinamismo de los productos turísticos.
Debemos tener claro que la competencia entre los destinos será cada vez más fuerte y tenemos que pensar en el turista, en atraerlo con beneficios, con productos y servicios de calidad para que nos elijan a la hora de decidir sus vacaciones. Una prioridad debe ser el crecimiento y consolidación de los indicadores del turismo interno, vital para muchos destinos y micro destinos de nuestro país.
El mundo cambió luego de la Pandemia, y el cambio viene de la mano de la calidad de los servicios. Todavía nos queda mucho, para seguir profesionalizándonos y adaptando eficazmente a estos los cambios.
Teniendo un país altamente digitalizado y con muy buen acceso a Internet, nuestro sector se encuentra rezagado frente a los países de punta en tecnología turística. Ello nos interpela y compromete a realizar acciones y alianzas para acortar esta brecha.
La Cámara Uruguaya de Turismo no cedió un paso en estos tres años en trabajar para la reactivación, impulsando la capacitación constante, la unión del sector, pero sobre todo la gobernanza. Hemos aprendido una gran lección, el turismo necesita de compromiso fuerte de sus directivos, un presupuesto que le permita consolidar acciones, y un sector público que entienda la importancia del trabajo mancomunado.
Solo como muestra de los avances en este sentido, la CAMTUR y a iniciativa del del director nacional Roque Baudean y del Ministro Tabaré Viera, retomó este año acciones promocionales financiadas por el sector público con la organización del sector privado. Ello posibilitó tres misiones comerciales muy exitosas donde nuestras empresas generaron nuevos negocios que impulsan la actividad turística.
Creemos que esta es la forma de hacer las cosas.
En todo, y como siempre, la palabra clave es cooperación. Todos los que trabajamos en pos del turismo tenemos que encontrar fórmulas para que Uruguay sea cada vez más atractivo para los turistas y para los operadores internacionales. Este es un desafío transversal, y la única manera de impulsar el progreso del turismo y en definitiva tener un país más próspero.
Feliz Día Mundial del Turismo!!!!